Usar un arma en defensa propia: Leyes y consecuencias en California
La legítima defensa es una justificación legal en la que el acusado alega que sus acciones eran necesarias para protegerse a sí mismo, a otros o a la propiedad de una amenaza inmediata de daño. Según las Instrucciones Penales del Jurado de California § 3470, la legítima defensa puede utilizarse como defensa en ciertos casos de delitos violentos. Cuando las pruebas apoyan esta afirmación, un jurado puede determinar que las acciones del acusado fueron razonables, lo que conduce a una absolución.
El asesinato y los delitos violentos suelen tratarse como delitos graves. Sin embargo, hay circunstancias en las que un acusado podría estar legalmente justificado para usar fuerza letal, lo que se conoce comúnmente como «defensa propia». Los distintos estados tienen sus propias normas sobre cuándo y cuánta fuerza -especialmente con armas de fuego- puede considerarse adecuada para la protección personal.
En California, una persona acusada de utilizar un arma de fuego puede ser declarada inocente si sus acciones se consideran «razonables dada la situación».
Según la ley de California, un arma de fuego es cualquier dispositivo destinado a ser utilizado como arma que propulsa un proyectil a través de un cañón mediante una explosión o combustión. Esto incluye armas de fuego comunes como pistolas, rifles, revólveres y escopetas.
Comprender la conducta razonable en los casos de legítima defensa
Para determinar si una conducta es «razonable dadas las circunstancias», deben cumplirse ciertos criterios. Entre ellas están:
- Una creencia sensata de daño inminente o peligro de morir o resultar herido.
- La creencia de que la fuerza era necesaria para detener la amenaza.
- No utilices más fuerza de la necesaria para hacer frente a la situación.
El Peligro Inminente se define como una amenaza inmediata o presente, más que una que pueda producirse en el futuro. La creencia razonable en una amenaza requiere que una persona se sienta amenazada, aunque luego se demuestre que esa creencia es inexacta, siempre que fuera razonable en la situación.
La Fuerza Justificable debe ser proporcional a la amenaza percibida. Por ejemplo, utilizar la fuerza letal ante amenazas no letales, como una bofetada, se consideraría irrazonable.
La fuerza letal, incluidas las armas de fuego, es aceptable si la persona cree razonablemente que está en peligro inminente de sufrir lesiones graves o la muerte. Según la legislación de California, las armas de fuego también pueden utilizarse para proteger el propio domicilio en virtud de la Doctrina del Castillo, aunque no se extiende fuera de la propiedad.
Autodefensa imperfecta
La Autodefensa Imperfecta tiene en cuenta las creencias subjetivas durante un altercado, aunque esas creencias no sean razonables. Por ejemplo, supongamos que alguien cree que está en peligro, pero luego se descubre que esa creencia no es razonable. En ese caso, la persona aún puede reducir su acusación de asesinato a homicidio voluntario, cumpliendo una pena menor.
Disparar a alguien en defensa propia: ¿Qué ocurre?
Cuando disparas a alguien en defensa propia, las autoridades llevan a cabo una investigación, y las consecuencias jurídicas pueden variar en función de los resultados.
Sin cargos (en el mejor de los casos)
Una vez finalizada la investigación, un fiscal evaluará los hechos. Si determinan que el disparo fue un acto justificado de defensa propia, no se presentarán cargos contra ti y se cerrará el caso.
Posibles cargos
Si el fiscal concluye que el disparo no fue un acto válido de defensa propia, podrías enfrentarte a cargos penales. Pueden ir desde delitos graves a delitos menores, con resultados que varían desde un sobreseimiento o un acuerdo con la fiscalía a una condena en juicio.
Asesinato
Si la persona muere a consecuencia del tiroteo, podrían acusarte de asesinato en primer o segundo grado. El asesinato en primer grado es más grave, y a menudo implica un elemento de premeditación. El asesinato en segundo grado suele ser menos grave, y suele producirse en el fragor de un enfrentamiento en el que el acusado puede haber sido provocado, pero no actuó en auténtica defensa propia.
Homicidio voluntario
En los casos en que se aplica la «legítima defensa imperfecta» -lo que significa que el acusado tenía un miedo irrazonable o utilizó demasiada fuerza-, puede presentarse un cargo de homicidio voluntario. Esta acusación también puede surgir en situaciones que se intensifican rápidamente, como en una discusión acalorada o cuando las emociones se desbordan, como al descubrir la infidelidad de la pareja.
Intento de asesinato, agresión o violencia
Si la persona resulta herida pero sobrevive, y el disparo no se considera en defensa propia justificada, podrían presentarse contra ti cargos como tumulto, intento de asesinato o agresión con arma mortal.
Si has disparado un arma de fuego en defensa propia, es crucial que busques la ayuda de un abogado penalista cualificado, aunque aún no se hayan presentado cargos. Un abogado local familiarizado con las leyes de defensa personal puede proporcionarte la orientación que necesitas.
Las pruebas que apoyan una demanda de legítima defensa pueden incluir declaraciones de testigos, lesiones, fotos de la escena del crimen, llamadas al 911 e historiales médicos. Éstas pueden ayudar a demostrar que las acciones del acusado eran legalmente justificables.